Hundertwasser es un arquitecto y pintor austríaco del siglo XX, tan creativo, tan multifacético, que uno no sabe por dónde empezar a hablar de él.
Arquitectura con formas irregulares, biomorfismos (formas que parecen organismos vivos), la reconciliación con la naturaleza y, fundamentalmente, algo muy representativo de todo lo anterior: la eliminación de la línea recta.
Para Hundertwasser, la línea recta es inmoral, “diabólica”, autoritaria, y aleja al ser humano de la geometría orgánica, su conexión con la naturaleza. De esa manera de pensar aparece en su obra constantemente la espiral (por supuesto, de múltiples formas e irregularidades), que además de oponerse a la recta se convierte en un símbolo poderoso del camino de la vida y la espiritualidad.