Un hermoso día en un parque, un joven papá empujaba el cochecito en el que lloraba su hijito. Mientras el papá llevaba a su niño por lo senderos del parque, iba murmurando bajito y suave:
– Tranquilo, Ronaldo. Mantén la calma, Ronaldo. Está bien, Ronaldo. Relájate Ronaldo. Todo irá bien, Ronaldo, ya verás.
Una mujer que pasaba por allí, se dirigió al joven papá y le dijo:
– Usted realmente sabe cómo hablarle a un niño perturbado… con calma y con suavidad. Realmente es admirable.
La mujer se inclinó jacia el niño que estaba en el cochecito y le dijo tiernamente:
– ¿Cúal es el problema, Ronaldo?
Entonces el papá dijo rápidamente:
– ¡Oh, no señora… Él es Enrique, Ronaldo soy yo!
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Pintura de: flosruberum