Aunque la procedencia de este sencillo plato se lo atribuyen a Casa Lucio, como cualquier otra receta, tiene tantas variantes como cocineros, o mas bien como personas que deseen hacerlos.
Tiene cero dificultad y es un platillo exquisito. Acepta cualquier cantidad de combinaciones, depende de las sobrinas que tengas en el “refri”, o de la lana que quieras gastarte para hacerlo mas sofisticado.
De las variantes que ofrece esta receta, a mi me encantan con angulas y jamon iberico.
Yo agarro un par de patatas medianas por persona y uno o dos huevos, aparte, mato una lata de angulas que no son angulas y un diente de ajo, bueno y un chilito y para acompañar y adornar un par de lonchitas de jamon.
Corto las patatas en trozos como si fueran para guisar y las frio en aceite de oliva junto con el ajo y el chile hasta que esten doraditas. Luego las escurro bien, las pongo en una fuente. Frio uno o dos huevos en el mismo aceite, me gusta que las orillas de la clara esten bien tostaditas y la yema sin cocer.
Los pongo arriba de las patatas, con un cuchillo y tenedor los corto sin apachurrar las papas, abro la lata de angulas y se lo echo por encima, para esto, has agarrado unas lonchas de jamon serrano o iberico y las has pasado tantito por aceite de oliva y te van a servir para darle un toque de color y sabor al plato que no veas.
Procura tener un buen pan, un buen vino y mucho hambre y nada, ¡a tragar!.
Las variantes que tiene este platillo es que puedes sustituir la angula y el jamon por setas,chistorra, cualquier pimiento que tengas, unas rajas de poblano, unas gambas o camarones al ajillo, no se, lo que se te ocurra y apetezca.
Buen provecho